El retiro by Sarah Pearse

El retiro by Sarah Pearse

autor:Sarah Pearse [Pearse, Sarah]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Intriga
editor: ePubLibre
publicado: 2022-07-19T00:00:00+00:00


51

Inmediatamente después de que se le revuelvan las entrañas, siente un repentino tirón en la cintura: es el brazo de Steed que la agarra para detener la caída.

El movimiento hace que se caiga de espaldas al suelo. Suelta un grito cuando el impacto la atraviesa de arriba abajo.

Las piedras que se han soltado por el resbalón caen y golpean la roca con un eco metálico.

—Mierda —jadea Elin con el corazón golpeándole en el pecho.

Steed deja escapar un silbido por lo bajo mientras la ayuda a ponerse en pie.

—Dios, ha estado cerca.

Estiran el cuello para observar lo que se abre frente a ellos: la caída de la pared rocosa, piedras grisáceas sueltas en un enorme hueco.

Están en el borde de la cantera y no se habían dado cuenta.

Lo que una vez fue una clara delimitación entre el bosque y la zona circundante de la cantera, ahora está cubierta de maleza y forma parte ya del mismo bosque. Cualquier marca natural que pudiera señalizar que la cantera está cerca ha quedado oculta por la vegetación.

Elin recorre el perímetro con la mirada: hay una empinada pendiente hasta la tierra del fondo, llena de cantos rodados y piedras más pequeñas.

No hay nada que hubiera amortiguado la caída, nada a lo que podría haberse agarrado o aferrado.

Podría haberse caído. Si hubiera dado un paso más grande, o no hubiera reaccionado tan rápido…

—No me habrían gustado tus posibilidades si no hubiera estado aquí. —Steed trata de restarle importancia, pero puede atisbar el brillo del miedo en sus ojos.

Elin asiente con la cabeza sin dejar de observar la pendiente.

—Es muy peligroso tener esto aquí sin ninguna señal de advertencia. Está a buena distancia del retiro, pero los huéspedes podrían llegar. ¿Por qué no hay señales?

Steed camina hacia la derecha.

—¡Aquí! —dice unos instantes después, haciéndole señas con una floritura—. Hay una señal.

Elin camina hacia él y la ve, volcada en la maleza. Una señal oficial de varios metros de ancho hecha de plástico duro acanalado. Unas grandes letras rojas dicen: «PELIGRO. CANTERA». Y el símbolo de una pendiente.

—Parece que la han arrancado —dice Steed con inquietud y señala la parte inferior del poste de madera al que está adherida la señal.

Elin agacha la mirada hacia la tierra fresca que mancha la madera. La observa con inquietud.

—Parece que ha ocurrido hace bastante poco. —La teoría de que el polvo encontrado en los cadáveres de Bea y Seth procede de aquí no está infundada. Ahora se siente todavía más obligada a explorar la cantera.

—¿Cómo bajamos? —Steed mira a su alrededor, ansioso por moverse.

Se abren paso a través del suelo cubierto de maleza, tratando de encontrar una ruta mientras bordean la cantera. Han caminado ya una cuarta parte del camino cuando Steed grita:

—Parece que hay un camino.

Ella también lo ve: un camino sinuoso que serpentea hasta la base de la cantera. Puede que, en su momento, estuviera hecho de escalones bien definidos, pero ahora también han sucumbido a la naturaleza y están plagados de maleza y hierba.

Cuando llegan abajo, Elin camina hacia el centro de la cantera.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.